Tú, más que un momento.

Aveces no sé si muero al cerrar mis ojos, sacando de tu ser...
Son como sombras que extienden su oscuridad sin parar de crecer.
Un sonido grave me da un puñal, diciendo: no la dejes de mirar...
Que pareciendo, tu mirada descansa en mi memoria, sin par.

El viento ya cambia de dirección, dando presión...
Que el mundo gire, pero no conforme a la imaginación.
Y en lo que hoy siento, con dificultad vuelvo la visión...
Que mis ojos nunca olvidaron, lo que vió tu corazón.

Recuerdo agua del cielo, formando nuestros nombres...
Llenando el vacío, y dando excelente orden.
Porque ese día, un gran lazo se pudo envolver...
Lo que el agua y viento lograron sin querer.

Fuego salía de la verdad del amor, aunque sí nos quemó...
Y una pluma escribió quitándole la hoja anterior.
Fallando pudimos saber las caídas del proceder...
Sabemos cerrar los ojos sin mirar lo de ayer.

La confirmación de nuestro ser envuelto...
Lo vio Dios desde siempre en su momento.
Nos puso a ambos un corazón sediento de sinceridad...
Que la vida pronto simplemente en la tierra pasará.

Y al final del tiempo, la vida alimenta Verdad...
Que nadie es lo que esperaba ser, sino realidad.
Aunque el sol empezará a explotar, y cayendo irá...
Estaré vivo en el recuerdo, de tu palpitar.