Siguiendo una estrella.

Solo quedará un espacio vacío en mi mente...
Un gran suspiro que me deje sin aire.
No es solo un saludo, o una despedida...
Eres tú, sí, tú, quien se va de mi vida.

No lo desearía, tampoco imaginaría...
Que el viento arrastró mi nube de ti.
El mar te ayudaría, haciendo fuertes oleadas...
Solo un juego de quien tire, gana.

Pero no lo pensé dos veces, ni una...
Me lansé en cuanto supe que huírias.
Destrosé la estructura de nuestro futuro...
Por solo verte feliz, sin mí.

Nadie habla de ti, siquiera la naturaleza...
Y mi corazón niega la posibilidad de volver.
Sentado en el pastal, él cuenta su sufrimiento...
Viendo que no estás, sufro con el viento.

El árbol ya no da su sombra, ni su fruto...
Recuerda tu sonrisa, un disgusto.
Quieto quedé, sin mis ojos poder verte...
Y con esperanza lo riego, envolvente.

A lado del fuego quedaré, sabiendo querer...
Que si deseas algo y lo quieres, quédate con él.
Animales salvajes solo desean comer carne...
Mordiendo y sangrando a la vez.

El sol y la luna disgustaron su color...
Nunca quisieron ser visibles, pero lo son.
Ambos blancos y llenos de brillo...
Como tu lo eras en mi, como un cerillo.

Uno elige brillar más que otro...
Y la necedad de otro lo opaca.
Como el cielo, ya no tiene tu color...
Más bien es el frío, quién me cubrió.

Tú sigues brillando, sigues por delante...
Sin exagerar quedaré aquí, viendote.
Sabiendo que eso es lo que siempre quisiste...
Ser como una estrella inalcansable para mí.