lamentos de un amor desconocido

poema de lexzamcor

Me prometí a mí mismo no tocar mi corazón, no rasgar las heridas del alma ni mucho menos interrogar aquel testigo confeso que fue mi voluntad, pero amor mío no puedo más esto que estoy sintiendo me carcome como oxido al metal, como polilla a la madera, es tu recuerdo, si amada mía, tú, tú que me arrebataste cada gramo de cordura que en mi solía habitar.
Como olvidar aquel día que tu vestido color negro oscuridad flameaba en dirección a mi ser, y yo como un simple peón esperando una orden del destino que me dijese, mírala es ella, ella será tu dueña, ella será tu dolor, ella será tu amor, mientras entre miradas paralizantes y sonrisas con temática de blasfemia susurro a Dios si eres una broma en mi camino , si él se burla de mí, de como un ser tan perfecto puede ser real y mucho menos me negaba a creer que ese regalo divino estuviera tocando a mi puerta, la puerta de un condenado a la soledad, de alguien cuya única compañía es una taza de café cada tarde y llanto de lamento por las noches.
Te acercaste con actitud fervorosa como si la vida misma se acentuará en sus labios, en sus hermosos labios rojos carmesí, y yo paralizado, sin más ni menos esperando que solo seas un sueño, un espejismo, que solo fueras un mundo platónico con silueta de mujer, me negaba a creer en tu existencia.
Ahí estaba yo sentado en aquella banca, atónito, mientras la sensualidad de tus caderas daba vida a tus piernas y con un caminar que ni siquiera las princesas tenían, arrimaste tu cuerpo en la banca, volteaste a mirarme y con una sonrisa fulminante te hiciste dueña de mí.
Pasaron las horas y yo mudo, no era capaz de pronunciar palabra alguna, de promulgar un acercamiento, de invocar al mismísimo demonio y venderle el alma con tal solo de poder entablar una conversación y cautivarte con el desazón de mi vida, de fascinarte con historias que nunca ocurrieron, pero no, maldita sea la impotencia de sentir lo que siento y que apenas sepas que existo solo porque te toco compartir un pedazo de metal incrustado en esta tierra que nos rodea, te levantaste lentamente, como si el ocaso te rindiera tributo y emprendiste vuelo con tus pasos hacia al destino, tu destino. Mientras de mí se desprendía un sentimiento de dolor, y culpa, de locura, de que pudiste haber sido mi salvación, la persona que agitara todo en mí y me tendiera su mano para salvarme del abismo en que yo estaba inmerso.
Después de aquel agonizante día, jure volver cada día de mi vida por si el destino se apiadaba de mí y me otorgaba la piedad de poder divisarte en el horizonte, de poder decirte todo lo que sentía, de poder botar toda la cobardía por la borda de este barco que se estancaba en la deriva de un futuro en donde el único pozo de salvación era tu sonrisa amada mía.

Comentarios & Opiniones

JTT

Muy bonito.

Critica: 
JOSE FLANDEZ

Excelentes versos cargados de bellos sentimientos y hermosas imágenes románticas. Recibe un cordial saludo y todas las estrellas, poeta.

Critica: