Soneto I

Hizo el tajo que tenía previsto.
Líquido surgió de sus entrañas.
Por su rubor las encontró extrañas
porque aun él, nunca las había visto.

Para su negro paso estaba listo.
Detrás quedaban muchas hazañas,
la guerra y sus egregias campañas,
cuando de loas se fue desprovisto.

La negra tinta de a poco escribía,
con bravura, encima de ese papel
lo que su roja sangre ya decía.

Irremediablemente se extinguía.
De su única vida cortó el cordel
y a causa de su libre acto, moría.

Comentarios & Opiniones

José Acevedo Jiménez

Excelente, tiene usted un gran talento para el noble arte de la poesía. Un cordial saludo.

Critica: 

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