Rotación de la tierra

Entre tanto van boyando
en los mares de la prostitución, flotando
señoritas de petróleo.

Y entre ellas alguien,
a quien preferiría no nombrar.

Miradas fugaces, sonrisas procaces.
En patitas de plástico
el vacio se yergue
sobre la multitud indolente.

Y entre ellos alguien,
a quien preferiría no mirar.

Oigo conversaciones animadas
continuo flujo de palabras
coprolalia
tanta humanidad que grita acalorada.

Y entre ellos alguien,
a quien preferiría no escuchar.

Hombres y mujeres, mujeres y hombres.
Niños y niñas, niñas y niños.
Todos ellos se prodigan
besos en la boca, los ojos, las mejillas.

Pero entre ese grupo hay alguien
a quien preferiría no tocar.

¡Sí! ¡Puedo oler el perfume
de las flores
empapadas por el rocío matinal!
El de mi cigarrillo quemándose,
fragante.

También el de mil perros mojados
y el de tu presencia que quisiera no recordar.

Es verdad, me estoy desvaneciendo.
A mi alrededor el mundo se está moviendo,
y yo me estoy desvaneciendo.
Hundido en mis cavilaciones.
Hundiéndome al compás del movimiento.
Hundido.
¿En qué pensaba?... Ya lo olvidé.

Sólo hay algo que no puedo olvidar:
El mundo se está moviendo,
y yo me estoy desvaneciendo.
Entre tanto, sigo viviendo