En el tiempo

Soy de aquellos que buscan
siempre ser fieles a sus dichos.
A veces miro el cielo, buscando ovnis
aunque sólo tropiezo
con pequeños y sublimes gorriones
flotando
entre tenues y volátiles miodesopsias .
En verano suelen asomar
gruesas avispas, amarillas y marrones
escoltadas por moscas de lo más variopintas.
Me gusta observarlas a todas ellas.

Soy realmente un científico
de las leyes más incautas.
Suelo pensar teorías de conspiración
cuando estoy en el baño.
Imagino también, quiméricas ideas
utopías construidas por mensajes.
Alguna de ellas tal vez me haga rico.
Eso me lleva a pensar de qué manera
gastaría mi fortuna.
¿Sería constreñido.
a contraer falsos amigos? .
¿Les daría dinero a mis nuevos amigos?
efigies de corrupta carne
en cuya vida su actitud más recta
fue "peinar" cocaína en un espejo.
Solamente, no lo sé
no quiero saberlo
ni quiero creerlo.

Ahora es tarde
y la noche sigue siendo fiel a su bruma
y el rumor de los grillos,
que del día celebran su final,
agotan mis pensamientos
en estertores de comunicación.
Formas primigenias que nos dicen algo,
que somos y a donde vamos.

Me gusta pisar firme
sobre las hojas crepitantes
del otoño rezagado.
Sobre esos naturales caminos
de ocre en degradé
voy mirando hacia abajo.
Buscando –metal– dinero,
ocultas monedas de mi (in)felicidad.

Nada encuentro.
Sin embargo he formado
un peculio de recuerdos sombríos,
escalofríos,
antes de emprender el viaje,
cargado por las palabras de una vida.