JESÚS.
Yertas carnes amoratadas
penden de hostil madero;
tiene las manos crispada
y sangra dolido el costado.
Dos milenios de ecos cruzando tus palmas;
dos milenios de espinas bebiendo sangre,
dos milenios de lanzas anclandose
dos molenios de rios surcando mejillas.
¡BASTA SEÑOR BASTA!
no queremos verte morir cada año;
no queremos escuchar el mazo indolente
descargar su fiereza sobre los clavos.
Tu desnudez nos impregna hielo;
y tus ojos llenos de dolor y silencio
traspasa la retina de los continentes;
incrustandose en corazones de piedra.
¡BASTA SEÑOR BASTA!
alza tu cabeza; ya todo esta escrito;
y baja del rudo madero.
Los campos estan en flor y la cena servida.
Las nuevas generaciones quieren verte reir;
quieren que esos brazos abiertos,
sean para estrechar al mundo;
con la calidez de un DIOS tangible.
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Original poema a jesús. Después de la crucifixión viene la alegría de la resurreción.
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