La monja, el cura y el budha; la burla zurda.

poema de Srakkin

Sí a mi se me apareciera la monja del conjuro le digo - ¿Hermanita, qué cosas le metió el cura? Para todo hay un trago que lo cura .- Cosa que me responda, no lo sé - La pieza estaba oscura y sentía como atenaceaban mi vulva. Caía mi saliva como espuma y aullaba mirando a un hueco de la parroquia donde se veía la luna, mi alma se esfuma y veo como aún se divierten con mi cuerpo los curas. Dónde tantas veces vi esclavas fui azotada y es producto de hablar de Dios mientras en su trayecto la sangre se rebalsaba. Al morir me di cuenta que no sabía nada, que una y otra vez sentía como la espuma rebosaba haciendo las predicas del espíritu luz en la hambruna -. De una burla, esas cosas esdrújulas, siendo diestro las cosas son más zurdas, el acento aparece tarde, que pareciera no estar el norte en la brújula, en esos momento donde la vida es bruta te das cuenta que la monja a mi me cura y que como monje debo también sanar al cura que así con la armonía las almas sueltan sus ataduras, que el amor surja y que el tiempo no siempre nos clave la punta, las tache de puta, sea esquizofrenico el Budha y... que la sanación del alma sea tremebunda.