Ecos de calcio

poema de Srakkin

Quedó aerostático el eco que huía del silencio,
se encerró sin darse cuenta entre otros huesos,
resucitaba la reflexión de los poemas muertos,
ilusionar a las quimeras que se quedaron en el puerto.

Los otros huesos eran más violentos, más ligeros,
les fueron pinchando los sonidos y los silencios,
gastando el combustible natural, las semillas del viento.

Los tejidos invisibles fueron desgarrados,
escaparon, pero se hundieron en la oscuridad
de un cielo al que se le escaparon las estrellas,
quedando en un cráneo de piedra profundo y oscuro.

Quedó aerostático el eco que huía del silencio,
buscaba atención, quizás un poco de alimento,
una carretera que se la llevará cualquier fuerza,
la rotación o concentración de los planetas.

Suspendida la encontré en la estación,
con una calma de piedra o de hoja seca
para ser lanzadas o arrastradas por el tiempo
lo más lejos que se pueda de tu silencio.

Ya de a poco me voy quedando sin esqueleto,
sin tristezas, sin nostalgias ni silencios.

Comentarios & Opiniones

Joahir Z.

Excelente poema, saludos.

Critica: 
Siruposa Tinta Mexicana

Me encanto el titulo y su contenido

Critica: