*EL SINDROME DE LA NOCHE"

poema de Bayquinú

*EL SÍNDROME DE LA NOCHE*
Conversando con la noche,
su textura dicta las formas
entrelazadas dónde
están las fibras,
de ese tejido entre
la penumbra, sus sombras,
y el amanecer que
produce una sensación
visual, táctil dándole
una palmada sobre
algo que nadie
se imagina, ni conoce,
porque su fuerza tenaz
es expresión como
un instrumento,
un tic, tac tendiendo
apresuradamente infernal
sombras noctámbulas,
que con voz aflautada
nos muestra
un ruido protervo.
Y ante el túmulo
de ladridos de perros,
de transeúntes
que se desplazan,
y allá..., a lo lejos
se escucha el caracoleo
de unos caballos,
descargas de carcajadas,
esas olas fluyen
de las naniobras
de este torbellino
que se da noche a noche,
manosean la noble noche,
y, aunque su mirada
sea aguda e inquisidora,
el pobre tiempo de la noche
no puede hacer nada
por salvar su tiempo,
es un síndrome mancebo,
su nobleza cobija
el desplazamiento
entre neblina, sombras,
tinieblas...!
pero ese tiempo pide
resguardo, para que
no impere lo furtivo,
y, lo procaz.
La noche merece
respeto y,
reír haciéndonos
gustar la armonía
de su versificacion
aciclonada con sonidos
y con situaciones
que se pueden aprovechar
para el bien.
Que las noches
no sean un síndrome
del mal.

*EL SÍNDROME DE LA NOCHE*
Conversando con la noche,
su textura dicta las formas
entrelazadas dónde
están las fibras,
de ese tejido entre
la penumbra, sus sombras,
y el amanecer que
produce una sensación
visual, táctil dándole
una palmada sobre
algo que nadie
se imagina, ni conoce,
porque su fuerza tenaz
es expresión como
un instrumento,
un tic, tac tendiendo
apresuradamente infernal
sombras noctámbulas,
que con voz aflautada
nos muestra
un ruido protervo.
Y ante el túmulo
de ladridos de perros,
de transeúntes
que se desplazan,
y allá..., a lo lejos
se escucha el caracoleo
de unos caballos,
descargas de carcajadas,
esas olas fluyen
de las naniobras
de este torbellino
que se da noche a noche,
manosean la noble noche,
y, aunque su mirada
sea aguda e inquisidora,
el pobre tiempo de la noche
no puede hacer nada
por salvar su tiempo,
es un síndrome mancebo,
su nobleza cobija
el desplazamiento
entre neblina, sombras,
tinieblas...!
pero ese tiempo pide
resguardo, para que
no impere lo furtivo,
y, lo procaz.
La noche merece
respeto y,
reír haciéndonos
gustar la armonía
de su versificacion
aciclonada con sonidos
y con situaciones
que se pueden aprovechar
para el bien.
Que las noches
no sean un síndrome
del mal.
Autor Bayardo Quinto Núñez
Nicaragüense

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