Rota

Observo a mi alrededor y no veo nada.
No veo nada.
Desconocidos surcando la monotonía en las aceras.
Una gota de lluvia se posa en mis labios atendiendo a mi ser.
Me encuentro en suspensión, como las miles de partículas que me acompañan.
Extiendo la mano, solo consigo rozar el vacío, vociferante como la voz interior incansable.
Quien soy.
No siento nada, soledad sorda por donde camino.
Un nudo en el pecho que me insta a vomitar las podridas palabras que estoy harta de repetirme.
Estoy sola.
Perdida.
Encerrada.
Mirando a la muerte a sus desgajados ojos y susurrándole a la vida.
En una deriva que solo consigue alejarme de mi misma.
Quien soy.
No lo recuerdo.
Ya no consigo recordar, borrones en mi mente que aparentan ser reales, como esa chica alegre que corría en armonía.
Desaparezco poco a poco...
¿Soy ahora real?
La nada intangible que palpo viene siendo la oscuridad más real.
Existo.
¿Existo?