Masheudh- Sahir- Jamil

Te miro y resulta que te pareces tanto a mí
que verte tras el vidrio me desquicia
el hecho de poder observar la usencia de ti mismo
tu quietud estúpida me llama a poner piedras a tu cuello
Con el trizado Ethos del que juega a equilibrar dagas
siempre somnoliento barón que no es varón ni dama
pusilánime y bastardo jugador de espíritus encadenados
¿cuánto desprecio puede almacenarse en un nombre?
Tras esa tarde en aquel pueblito de mierda me puse a pensar
- “Este reflejo no es otra cosa que el fruto de mis años, mis malos años”-
me sentí desvalido y sucio, aunque siempre decía estas palabras como repitiendo un mantra para sonar interesante, pero esta vez fue diferente, esta vez me sentí dueño de un fuego ahogado y absurdo. ¿Quién era yo?, un hombre solamente un hombre en mitad de los hombres con las manos atadas ciego y asqueado de mis retratos.
Con la sed incansable del que bebió su Neshama y quedó detenido por dos eternidades y a la tercera volvió para vengar su vida.
Ese maldito conjurador de mundos era YO.

Comentarios & Opiniones

Silvia

Ariel una enseñanza pura,excelente desde todos los puntos de vista,saludos abrazo poeta!

Critica: 
María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Ariel excelente escrito, gran placer pasar. Saludos.

Critica: 
María del Rocío

Ariel, tienes una capacidad tremenda de escribir en un estilo único muy diferente y eso es excelente te felicito hombre! Adelante en ello. Un abrazo

Critica: 
Ariel_Anarcomago

Muchas gracias a Ustedes, siempre con su gentil concejo y amable comentario, me siento muy cómodo aprendiendo en esta plataforma
saludos Silvia, Joel, María Cruz y María del Rocío

Critica: