EL ABRAZO DEL SILENCIO

poema de Antonio N.

Es deliciosamente taciturno.
Acaso un rozar de labios
Que tocan trepidantes la silueta de mi sombra.
Brazos yertos, prolongados como el horizonte;
Que abrazan mudamente a aquellos que se atrevan
A trazarse una línea en su garganta
Con la cortante daga del Silencio.