VERSOS A LOS HIJOS DEL CÁNCER

versos a los hijos del cáncer

he visto lágrimas en mis ojos,
perfiladas entre olivares de despacho,
voz de sensaciones recordadas,
porque no supe el porqué
que ahora puedo entender.

antonio,
¿ cuando quieras que me muera ?
...
y aunque volaba,
conocí su mayor dolor, el irse.

ay, que lloro,
después de una generación de años,
con este corazón poeta que dios me dió,
y que juan, mi padre,
cuidaba por si acaso daba frutos.

es la vida, la herida hecha tajos,
con la savia entre bálsamo y esperanza,
forja de segundos y...
en la hoguera que se hace fragua,
chispas de risa y sueño,
volantes de aire,
y hasta apelllidos.

te fuiste,
pero qué buen nombre me dejaste.

sólo heredé un pseudónimo,
una media profecía,
y un amigo llamado alberto.

¿ sabes papá ?
cuando pasemos el examen de la eternidad
estaré contigo,
y con mis amigos grandes
heredados de tu productor don,
alberto lópez poveda, juan pasquau, don secundino,
leopoldo de luis.
dicen ser tus amigos,
que no estaba solo,
que aunque te fuiste, ellos están.

ay, juan amigo,
colega hasta de mi vanidad,
es mi padre, si, es.... martínez de úbeda.

hasta que en tu voz ronca,
aquella esquela clavada en el bar rhin,
se me clavó en mi corazoncito,
y ¿ sabes ?
aún lloro, y lloraré,
porque siendo así, soy un romántico.

mis lágrimas de piedra de recuerdo,
en un pueblo de mar,
en una tierra gaudiana del norte de españa.

me encapricho aún de mis olivos,
en tu pueblo de úbeda,
y en el profundo linares, profético cástulo,
que por romano es antiguo y sabio,
y por su plomo pícaro y advenedizo.

me alegro de tus sueños,
trabajo con sello americano en la enira,
obra social para el que te solicitaba,
caricia para aquel mendigo,
cultura para los intelectuales, y no,
juegos florales para los poetas,
tertulia de casino para los amigos,
visita para lolo, manuel lozano garrido,
tiempo para leonardo valenzuela,
música apara yanguas y carlos molina.

juan martínez de úbeda, fuiste mi padre,
por tu letra te valoramos
y algo más,
para que un pueblo te adulara por instantes
en un funeral con silencios a plaza colón y naranjos.

recuerdo aquella honradez de devolver
las gallinas en un saco
en aquel san juan de 1961,
víspera de mi primera comunión,
cuando un obrero agradecido agradeció.

tus amigos de los domingos,
y junto a tí, una mano pequeña
y tu calor que no quería perder,
que como gorrión bebía de la fuente.

un domingo, misa en san francisco,
en santa maría, en san agustín,
en tu justo sentir,
de variedad, de artista, de cambio,
porque los tres curas eran tus amigos,
tú,
que querías ser cura,
antes que el amor de antonia,
mi madre,
te hiciera del amor.

y me harías una mesa de despacho pequeña,
como la tuya,
queria ser tu doble,
quería ser tu sombra, quería ser tu infinito amigo,
y te fuiste, para esperarme creo.

¿ sabes ?
ser poeta es ser mármol y risa,
se cumplió lo del niño proyecto,
porque lo sabías, o porque lo creías.

papá, alberto ha sido el mejor,
nos hizo muchos favores de realidades,
y recuerdo aquellos bombones
de felix de amo,
para la primera navidad triste en antoñito,
de hileras de juguetes, pase a ser menos,
pasé, de ser a no ser,
de estar acompañado a estar sólo.

y ¿ sabes ?
hasta me hospedé en seminario frío y de sotanas,
pienso que me equivoqué, o no,
pero ¿ sabes ?
pero me fuí para buscarte
en los hombres de dios,
los que decían
que sabían mucho de lo eterno,
- para ser un altruista me enclaustré -
y al igual que tú, buscando y buscando.

y ¿ sabes ?
ahora después de todo tengo una poca fe,
y ¿ sabes ?

y le dije a tu amigo alberto,
a don alberto, como le digo yo,
- mire, a mis 23 años he encontrado la fe -
y vi llorar unas lágrimas
en su privilegiado jardín.

y son casi cincuenta,
los pies del desierto,
y el destino que me llega.

papá, ¿ sabes ?
escribías bien,
y se que eras honrado.

¿ sabes ?

cuando el día haga el día,
tu famoso ese día,
escribiremos poemas,
con pinceles eternos, sin religiosidades,
en una tinta libre.

bebiendo aguas en cántaros,
mojando con pan en aceite verde, verde,
y sin prisas,
porque la calma la conoceremos.

lo interesante es crear ilusión,
pacífica como los pasos.

como decía mamá, ... juan miguel,
el que se hizo ángel primero,
el piel de melocotón ...

juan, papá, don juan martínez de úbeda.
gracias por tí y tus amigos ...
como don alberto.

antonio martinez de ubeda

Comentarios & Opiniones

Lorena Rioseco Palacios

Conmovedoras, bello lenguaje literario,una maravilla, aplausos y un cálido abrazo!!

Critica: