VERSOS EN LA TERCERA EDAD POR UNA POETA CIEGA, SEÑORA DE ITALIA

versos en la tercera edad por una poeta ciega, señora de italia

y le escribía poemas

a la enfermera golondrina

en papel de servilleta de cena

con olor de avecrem de sopa.

aquella poeta italiana,

traida como princesa imilce,

de la roma moderna,

vió sin sus ojos tu alma,

los sentidos de tu personalidad.

y te hizo versos de ciega,

con lápiz de romana,

-mujer noble traída a barcelona-

y le escribía poemas

a la enfermera golondrina

en papel de servilleta de cena

con olor de avecrem de sopa.

poesía de poeta ciega,

olvidada como princesa,

sentenciada por el todo.

...

pero volvió a sonreir,

por los labios de una voz,

por el tacto de la caricia,

y ...

enamorada de una joven enfermera,

amor de anciana,

por nieta sin serlo,

-ni por sobrina que no quiere existir-

por delicadeza,

es atrevida en escribir a sus setenta y siete,

con renglones echos valle,

con tinta quebrada,

...

escribió a una enfermera de veinticinco,

vocecita de ángel

y caricias de arcángel-

y la enfermera no podía ser segunda,

como con brillo en la profesión,

por amor,

-todas las abuelas eran su abuela,

todos los abuelos, era su abuelo-

y le escribía poemas

a la enfermera golondrina

en papel de servilleta de cena

con olor de avecrem de sopa.

para reyes, el esperar

no tuvo regalo,

... y tal vez...

en la ceguera de sus ojos,

pero con vista en su alma,

-pregunté a la conciencia de dios-

dónde la enfermera

a quien escribía poemas

-la de la vocecita como de hija y nieta-

...

don de la que es amor de enferma,

y la mano de la vejez,

universitaria aún.

y la poeta ciega,

guarda el recuerdo

de la enfermera bonita,

que una mañana dejó de posarse en la ventana,

-por el destino roto-

porque un cuervo

con sexo en la boca

las hirió a las dos.

y le escribía poemas

a la enfermera golondrina

en papel de servilleta de cena

con olor de avecrem de sopa.

dios de los hospitales,

de las residencias de la tercera edad,

manda mujeres niñas,

sueños por volar,

caricias para las mejillas.

...

para arrugadas manos,

y piernecitas rotas por las varices.

abrazos de brazo, que al abuelo, le haga de oído,

y quite los miedos al final de la historia.

aquella joven enfermera,

aquella poeta ciega.

y le escribía poemas

a la enfermera golondrina

en papel de servilleta de cena,

con olor a avecrem de sopa.

poeta ciega,

señora de italia,

-por tu letra calígrafa,

culta e instruida,

noble de educación, señora del porte,

...sentada donde residen los años cansados.

¿sabes?

soy poeta,

...y la enfermera golondrina,

la que te quita la espina,

...reconozco que ha endulzado tus horas.

y dejó de volar por tu nido

por un cuervo dislocado,

los que chocarán con un poste.

señora de la residencia,

la que es poeta ciega.

-que el dios de los poetas,

haga líneas y estrofas

y cielos, en tu soledad de años-

y le escribía poemas

a la enfermera golondrina

en papel de servilleta de cena

con olor de avecrem de sopa.

un poeta que ve,

vió tus versos escritos,

y la injusticia del cuervo.

como poeta,

gracias por los versos doblados

a una enfermera golondrina.

enfermera con don,

que parece modelo,

con cara de belleza,

porte de especial valor...

que por destino cambio carrera.

-fotografiada por tu no ver-

definidamente sé,

-que eres poetisa-

anciana valiente, ... no enterada

..porque voló la golondrina enfermera.

y la anciana,

señora italiana,

en residencial de alto standing,

en la costa dorada,

dorada por la vejez,

escribió el sentir,

-se hizo amiga de una enfermera,

pero nieta e hija de poeta-

y le escribía poemas

a la enfermera golondrina,

en papel de servilleta de cena

con olor a avecrem de sopa.

antonio martinez de ubeda linden