VERSOS A AMOR DE TARANTAS GITANAS, “DE ROMANCE ANTE UNA BODA”

versos a amor de tarantas gitanas, “de romance ante una boda”

y relinchan caballos de fiesta
orlas de campanillas para la boda,
jóvenes de bronce y oro rubí que presta

sainetes de a mor que a empezar apuesta,
con las mentes de bordes de enaguas,
con la sed de churumbeles que el sol tuesta.

es taranta sin ronquera y de primavera,
abrazo de beso en fundir de fundidor,
a las siete de la tarde con la tierra en la era.

últimas bodas de sangre en la lonja…

los carros y hojalatas son historia,
los pies descalzos con escurrir de plomos
ya no necesitan buscar la escoria

que la mina del linares acastulado,
pare de su vientre con los esfuerzos
del minero de la tortilla enjaulado.

la luna lorquiana a pellizcos rota
en granainas cuevas de cal de sombras
sera la novia, sultana que a la plata embota.

del guadix de las cuevas enclaustradas,
nodrizas de silencios naturales,
y dejes del grana de castizas hazadas.

pueblo de arlequines postrados,
raza de palabras embalsamadas,
lugar de etnia con caracoles de rizos.

y en el casar retos de esperanza,
en menú largo de palmas cruzadas.
-que son niños los que se quieren sin venganza-

y que no se piquen las estrellas
sobre la paloma de los vientos alados
lo que en sencilla vestidura son destellas.

y se dicen enamorados de las sedas…

y cantan aleluyas los campanarios…

y cuatro ventanales al norte dado,
con ángeles de alas blancas, cromadas,
tenores de un idilio ensimismado,

por colorines y zarzales que ensayan en el alba,
para cantar entre jarales y abedules,
con sinfonía de pandero que a la monta cabalga.

primer capacho de verde aceitunada,
para picotear los tiempos de los sueños,
como primera rosa virgen amilanada.

y se le arropan, mamas y papas y tíos
y abuelas con canastas de lirios blancos
con olores que recuerden los bríos.

parece de merengue la tarta nupcial,
con las gasas de cola de nata blanca,
botones de chocolate en traje crucial.

y no esta en venta la pasión primera
con fotos que en futuro harán revelados,
ante un pañuelo juzgado ante la hoguera.

y el fuego de los palos se recalienta,
por los rostros con panes de trigales
y vinos de vid que al alma calienta.

la carreta, con cuatro ruedas prosperas,
con pesetas oxidadas ante euros nuevos,
-no es pareja pobre en algodoneras-

que es rubia, y de amarilla tez la novia,
con coches en su corazón de niña,
en libertad criada sin la pesada fobia.

y ya son romance de dos provincias,
de grana la moza, de jaén el mozo,
para que se multipliquen las espaldas por caricias.

y relinchan caballos de fiesta
orlas de campanillas para la boda,
jovenes de bronce y oro rubí que presta.

antonio martinez de ubeda linden.