Marinhe

En estos días lúgubres de lluvia fina regreso a ti
Vuelves a aparecerte en mis recuerdos
Vuelves a posarte en mi nostalgia
Vuelves a causarme melancolía

Marinhe viajaría de nuevo a Barna
Para saber que ha sido de ti
Pero este sentimiento durará un suspiro
Y tornaré a mis pensamientos y quehaceres diarios

Ha llovido mucho desde que te vi por última vez
Y paradojas del tiempo, es la lluvia quien me evoca tu presencia
Aún tengo presente tus manos finas
Pero tu rostro y sonrisa han sido borrados de mi memoria

Alguna vez apareces en mis sueños
Pero lo haces con un semblante que no te pertenece
Caminas a mi lado, cosa que también es imposible
Por tu enfermedad, como si mi sueño te habría recuperado
Me besas y quién sana soy yo.

Aquellos atardeceres en tu pueblo
Se han quedado con un eco en mi corazón
Han permanecido como un sello no despegado
Empujaba tu silla de ruedas
Después de obtener tu permiso
Ya que a ti no te gustaba sentirte una molestia

Cruzábamos el angosto sendero y la cuesta al bar
Nos sentábamos a hablar de cualquier tema
Mientras tomábamos café acompañado de cartas
Te ayudaría a sentarte en el baño y devolverte a la silla
Tenias tanta confianza en mi que me lo permitías
Desearía que la vida no nos hubiese tratado así
Pero el destino hizo que nos conociésemos
Tengo ese consuelo y tu nombre en mis mejores memorias

Tengo una desazón también por haber perdido tu numero
Y no haber sabido de ti en dos décadas
Pero la mente es selectiva
En días en que me apago con la lluvia vuelves
Como si de un aliciente se tratase
Para seguir adelante a pesar de mis males

He quedado huérfano de aquellos momentos
He quedado prisionero de un amor que duro un pestañear
He quedado atado a un cariño que aún me hace palpitar

Ya no suena tu dulce voz en mi caracola
Las olas del paso del tiempo la han degastado
Ya no siento tu abrazo y tu pecho contra el mío
El frio ha tomado su lugar

Quiero que donde estes seas feliz
Que no tengas resentimiento hacia mi
Que no tengas nada que empujar
Ni nadie que lo haga por ti

Vivirás siempre conmigo
En un lugar que solo la muerte quita
Pero los sones de nuestra compañía
Duraran eternamente, sin mella
No voy a dejar de quererte
Aunque no estes presente
Me aferraré a un bonito ayer
Donde la lluvia nunca apareció.

A Marinhe Zabala. Un beso.