Noches de amor

poema de Gael

Y así, exactamente en el recital más largo y complicado de su amor, donde los sórdidos y maravillosos encantos de la belleza ajena lo dejaba sin habla en diversas ocasiones, se podía percibir aquel aire puro de paz que necesitaban, habían sufrido mucho, tal vez uno más que otro, posiblemente el echo de evocar un futuro juntos, los hacia olvidarse de todo y todos, junto con toda cosa existencial.
Cualquier manera de descansar de la realidad sin evitar separarse, hacía que quieran parar el tiempo, para olvidar el echo de que algún día, había que crecer. Se trataban como uno, y a su vez totales desconocidos, sin embargo, se amaban.
Vivían con la constante pregunta de:
¿Qué hago para que pueda ser feliz?
No había respuesta, felicidad eran los dos juntos. Eran todo y nada, complicados como las matemáticas, y magníficos como hermosas hojas otoñales.
De echo…
“Eran la más bonita casualidad realizada por obra del destino.”

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