Me rindo

Vi a lo lejos un ángel caído
dentro del insaciable invierno,
sutil sueño de sentir tu idilio,
frágil como andar tú sendero.

Pero me rindo porque me hieres,
me rindo porque sutil destruyes,
tan delicado y frágil corazón
que de tanto romperlo huyes.

Se divisa a lo lejos tus sombras,
sombras que cavan entre tu alma,
alma inundada de toxicas gotas
que con dolor atraviesa mis alas.

Siento en los días y las noches
el precio de tu injusta ira,
que desgasta lento a mi alma
tú rabia llena de agonía.

No eres la única que hieres,
me quemas con tanto fuego,
fuego eterno que no apaga
el más fuerte de los vientos.

¿Dónde están tus suaves labios?
¿Dónde están tus verdes ojos?
¿Dónde está tu amor amargo?
¿Dónde está tu orgullo roto?

Yo era el faro que dices buscar,
era la luz que necesita tu paraíso,
“Te arrepentirás de odiarme tanto
Cuando me veas en el alto olimpo”.

Te hubiera sanado tus males,
te acostumbraste a lo mismo,
en vano fue para mí domarte,
me obligaste a decir me rindo.