La premonición del mejor encuentro

Me cuesta admitir que hasta éste día he esperado por tu regreso, cuando es más sensato decir que lo mejor que dí de mí para ti así como los buenos momentos se deben quedar en los recuerdos; pero hoy con toda naturalidad manifiesto esa esperanza, y no porque necesariamente tengas que acudir a mí para estar conmigo; he pensado tanto en el destino, y de ese pensamiento se ha desprendido algo que deseo en gran manera: verte y abrazarte diciéndote en esas expresiones lo mucho que te eché de menos, lo mucho que te quiero; bastaría sólo ese gesto para afirmar que regresaste y así hacer real lo que más esperé; y si de improviso ha de resultar todo esto, no importará, seguirá cumpliéndose mi mayor esperanza, sin que haya nada más que esperar, sencillamente no hay nada más que esperar si no eres tú...

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