Penitencia

Sobre los cadáveres de los poemas
escritos para ti, sobre estos mismos
que cientos de veces has ignorado
construyo ahora un poema nuevo,
uno donde tú ya no estás, ni reinas
ni existes, ni gobiernan tus manos.

Sobre este dolor de tu fiel enamorado
sobre estas rosas rojas que se han marchitado
sobre otoño, primavera e invierno
que sin ti ya he pasado
se levantan prodigiosas nuevas mis fuerzas,
para no llevar a cuestas este amor obstinado.

Ya no estará el poeta angustiado
que bajo tu ventana siempre ilusionado
con las migajas de tu desprecio se había conformado,
ya no estará más, ya no te escribirá más, jamás.

Y si lloras, si te acongojas por el daño,
y si te lamentas, por lo que en mi has logrado,
arrancarte de mi pecho, borrarte hasta del pasado,
no pidas perdón, no habrán penitencias que te hagan olvidarlo,
arderá en tu pecho este amor, este maldito amor
que a continuar sin ti, al fin, se ha resignado…