20/04/14

poema de A.G

Algo había en sus lágrimas de perdigones, en el brillo eternamente errante de sus oscuros ojos, en la manera en la que su mente me transportaba a un tiempo de efímera felicidad, en la forma en la que las llamas parecían querer hacerla parte de su danza, consumirla, y ella aún seguía ahí, con su mirada fija en alguna estrella, sus manos entrelazadas, su rostro sereno, ignorante del peligro, porque sumida estaba en su desconocido corazón, lamentaba los héroes perdidos en el mar de la traición. Y es que había algo, algo en su nívea piel, una capa de brillantes sueños rotos que cubría sus cabellos, los mismos que guardados en lo mas profundo de mis pupilas estaban, me sorprendí a mi misma queriendo vivir de su aire, queriendo estar atada a su silueta y esconder mi cara en su cuello de cisne, yo le pertenecía, y ella a mi, cuando el viento me trajo en un susurro su nombre, Tristeza, me dijo.

Comentarios & Opiniones

Joelfortunato

Obra interesante, con un especial significado, su desarrollo mantiene la tensión discursiva y bien permite comprender el fondo emocional de origen . Un gusto de lectura. ¡ Saludos y mi amistad le envío !.

Critica: