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poema de Dikia

El acontecer de los dias
enseña que las divisiones
dispuestas se encontraban desde la salida
El mojollon sonaba como una acordeón descafeinada
El orden implantado se afeitaba
afanandose a subir la cuesta
que el gavian jovial le solicitaba
A raudales el zurcir del viento
corría a barlovento
Señalaba el algar que se llenaba
de hidalgos que con rufianes
no se saludaban
El crisol anunciaba el amago desnudo
de un amargo cautivo
La esclamacion el sol dibujaba
en la pared iluminada por el alba
Un buen día reflejaba su manto
que el alguacil declaró en el clamor de la noche
mientras las luciérnagas le alumbraban
Amores teje la madrugada
en los bosques
donde los candiles
no dejan diferenciar a liebres de rattas
Entonando el mirlo su habla, el ruiseñor aclama
Hasta la niebla se queda baja para no desaparecer al calor de los paramos
y el viento relincha con las hojas como una verbena alocada
Bailan compases distintos el roble de la haya
El tilo susurra a la cogueña que pasa
Esta jauría no cesa de parlotear
que el verano se aleja sin pestañear
y ahora tu también te vas
Asi que voy abrigar a mis nidos
y preparar la pintura con barniz para plastificar mi piel
para mitigar el dolor que me hace crujir mis huesos la lluvia
y como me estrece con temblores el frío
hasta no soportar mirar mi decrepituz

12/08/2021
©Dikia