Dime tú, ¿Cómo lo hago?

Basado en “Sin Poemas” de Ligia García.

A partir de hoy quiero
amarte con silencios,
aunque no sepa cómo hacerlo:
y es que, aunque a partir de aquel
fatídico día, no te menciono en lo absoluto,
siempre estoy pensándote,
evadiendo el silencio en mi cabeza.

Quiero amarte
inventando ausencias,
pretendiendo que no estas,
aunque el añejamiento de
tu presencia me cale hasta
los huesos,
quiero inventar distancias,
así como tú lo haces;
ignorando mi intento de
encontrar tus ojos,
cuando solo un par de metros
los separan de los míos.

Quiero amarte
con escasas acciones:
pero caigo en cuenta
de que todo lo que hago,
¡Lo hago por ti!
Lo hago teniendo en cuenta
esa vaga y falsa esperanza,
que me ayuda a soportar esta vida;
que aunque me ha tratado
más que bien y cada día
me regala una belleza extraordinaria,
me parece insípida sin ti.

Desde hoy quiero amarte sin poemas;
¡Más que difícil, me es imposible!
¿Cómo podría yo lograrlo?
Estoy segura de que si pasara
un día sin leer un poema
que te trajera instantáneamente
a mi memoria, mi corazón,
así como está, seco
y lastimado, dejaría de latir.

Y es que, si te amara de esta forma,
empezaría a amarte, así,
como tú me amas:
empezarías a dejar de existir para mí, así,
de esa forma en la que yo
no existo para ti;
empezaría a ignorar todo
lo bonito que te caracteriza, así,
como tú ignoras mi tímida presencia;
empezaría a dejar de importarme
el color de tu playera, así,
como a ti tampoco te importa;
simplemente desaparecerías
de mi panorama, así,
como yo nunca estuve en el tuyo.

Si te amara de esta forma,
así como tú me amas, no te amaría,
mis ojos se cerrarían y
mi corazón dejaría de latir.