Tu cuerpo en noches de plata

Tu cuerpo en noches de plata

Son noches de plata tu cuerpo sediento,
en otros elogios, alburas de nïeve,
pasivas en torno tu cuello se atreve:
tu cisne de ángel, enuncia, si hambriento…
Es voz que rutila, tu cuerpo de nieve
aquella cautiva, tu cuerpo, que cede,
enciende mis teas, y enuncian relieve,
ardores y notas, que el alba blanquee…

Es nombre de risa, tu cuerpo desnudo,
que incendia con paños, el alba que mudo
al ser golondrina, ó alondra que vuele
y cante tu nombre, y cierta recele…
Baja el vuelo y el canto, tus desnudos talones,
recibe del áurea, distinta blancura
que nieva en tu seno, tu casta bravura,
y abrevan tus pechos, con fines y dones…

Elevan el cielo, a perfumes, glosas
que amores retozas, en líneas prohibidas,
ya lenta crisálida, de nieves heridas,
tu cuerpo: arrebato, de mieles y losas…
Desnuda, te amparas, en Cortes de sueños,
que tus pies erigen, tan docto principio:
heraldos de oro, que sombra y un niño,
vuelven a tus huellas, helados deseos…

Tu blancura anida, en tus pies mojados,
de sombra rutila, la nieve, que es alba,
y sombra perpetra, el rostro y tus labios,
y labios pueriles, de tus pies de alba…
La rosa en tu cuerpo, es tea desnuda
tan rosa que enciende, la luna en tu cuerpo,
y el beso del habla que anida en tu plectro,
es nieve en la boca, del torso, desnuda…

Bate, y me conforma, la glosa admirada,
de tu mirada amante, el busto soñado
de rostro perdido y labio enamorado
en el oro: tu cuerpo, con alba invitada…
Es oro tus labios, de rostros heridos,
comanda artificio, de bocas pueriles
y alaban desnudas, las Musas, abriles
tus cuerpos desnudos, en sombras, gemidos…

Eres gladio de Oro, que enciende mi súplica,
perdida belleza, que agosta, Fantástica...!