A la mujer

A la mujer

Tan noble de esas miradas que me imprimen
su lento caminar sobre la arena
es aquella persona que hasta Helena
los perfumados jardines nos la exhiben…
En maravillas como cuando ella respira
ó grácil hace tacto de la espuma
de un flagrante verso que resuma
su oro tan terso, ó noche que suspira.

Tan noble es, la mirada que enaltece
sus pupilas de asombro consumadas
cuando el latido de mi alma pertenece
a la luz ciega que sus párpados, aladas
manos entre sombras perfumadas
acontece que la noche y luna bellas
desahuciadas alcancen las estrellas
a ser palabras en su boca, enamoradas.

Por esos márgenes donde el mar y las arenas
hagan acopio de sus pasos y las penas
arraiguen besos de su piel, y soberanos
sobre la Paz al alcance de sus manos
puedan vestirse de mar en la odisea
de un amor que afiance sus besos en mi piel
como canta serenata un juglar, así sea
la voz que navega en mi bajel.

Mujer, nata al verano y la ternura
de su verso quiera amar la noche
las doncellas que nievan su blancura
alcanzan en sus senos el derroche,
que acompasa la miel que basta a un niño
satisfacer en las horas de la noche,
para soñar sus labios y el cariño
que lo protege de las sombras azabache.

Mujer: mírame tierna y en tu manto
aclara tierna tu perfume en tu regazo
Golondrina de miel, bajo tu abrazo
el vuelo libre de mis manos es tu encanto!
Aunque congojas alivien de oro los crepúsculos
tus pies de nieve y de sombra en la arena
son el fuego que aclaran a mi pena
asombra tanta luz desde tus ojos, halos.

Y es el comienzo de tu beso, bienamada
aquella luz que empequeñece mis pupilas,
cuando la flor de tu racimo enamorada
alea cumbres borrascosas y encandilas.
Tu piel en primavera no anochece
y la lumbre de tu ciega parsimonia
alada algarabía no pronuncia
si no la misma sal que tu cuerpo me acontece.

Quiero recibir de tu boca la rosa enamorada
que siempre enseñas al latir tu frondosa
escultura de Mujer, ornamental Rosa,
Rosa que al bajel de mi mirada
pueblan ecos los suspiros que atenúas.
Y en los claustros te deseo aunque terminas
tus pasos leves por las sombras, que germinas
así tus pies, mi sendero, tú perfumas.