Coronado

Coronado

Coronado del destiempo, coronado,
coronado en la deshora, mutilado
del arrobo de tu pecho, lacerado
en el alto vaivén que sopla hendido…
En la fuga de un destiempo despiadado
en el ocre olor del tiempo abierto,
una ráfaga sombría parte el pecho
un ardor sempiterno en mi fracaso

Coronado del destiempo, entronado
en el roble que el amor fresco atempera,
en la hoja que mutila primavera…
En el sol sediento de mi nombre,
presta, un ánimo de sombra, aún propicia
para arder del despojo de tu fuga,
en el arte de bogar por tu diadema,
sombra y dolor, negro erotema

Coronando el cielo de mis horas, arrinconado
la flecha de mis lujos endiosados,
en el fresco paladión mi bruma hendida,
por el fracaso de tu voz y tu partida
en el desmán del silencio y de la gota,
que voz altera y nunca cede, su paradigma
de flores en la rosa, su soplo hermoso, y fugaz:
mi sola cumbre; mi numen frágil, mi esbozo claro…

Aquel que rima y no orgullece,
tras el manto de sudor que no blasfema
en la constancia de tu sombra que voz queja
es la mañana de mi risa entre carbunclos,
de oros que la sombra no revierte,
en bucles y en historias lapidados,
mis horas que acomete sin la ruina…

Ó el silencio que he perdido,: aún la mañana

Corola, ardor que seña fronterizo
el solo imán de oro que perpetra
el llanto, el acero que acomete
la sorda miel que en hiel no se somete;
la isla de tu nombre en mi sainete:
elevando cuan procura un oro amable
bajo la histeria que no fuga y arremete
ya la canción vulnerada que replete

Ó aquél encierro que la cuna no devasta
en la sombra y la risa del que oferta,
su crisálida, aluvión, que boca en puerta
es fuego mortal en el silencio
es oro quemado en tu Misterio
es el claustro que el veneno no traía,
hasta hoy; muda la puerta, la serpiente encadenada de tus besos

Es el correr del tiempo, del averno,
palpitar cual moja un solo encierro
cual boca de un azor: treno en el duelo
dolor que emancipado se emancipa
del sonido crepitante de vil cara,
cara ó cruz, lengua que se apiada de la muerte,
sombra ó raíz del que no aqueja
la voz de tu perfecta candileja

Ó provoca un ledo crisol, de nube, de desplante
en la música que hiriente muda ó sana
orfandad de la célibe búsqueda truncada,
ó un solo sonido en la belleza de tu arte,
no entona, si mañana no deslumbra
en el Arte, la belleza, la mañana
el crisol de la espuma que derrama
ciegas esperanzas, vaga flor, que aún persiste y vive

En el sollozo del amor que espera nido
y su boca desnuda lo ha prohibido