Para Rodrigo Lira.

poema de Erasmo

Tenés razón hermano,
eso de los sueños no son para cualquiera,
y el pasmo inaugural revele señas
que solo los intrépidos soportan.

Pues no es el uno,
por el uno mismo,
o el dos elevado a la cuadratura
de los círulos mayores de la mayonesa.

No.

Es la canción dispersa en este aire,
tan viciado por el cuerpo del tiempo,
y el cigarro abandonado
a su propio destino,
como la misma brisa.

Pensá en el corazón
de los hastiados y en el barro
carcomido por los besos mudos
de otros crucifijos y muertas ilusiones.

Para fugaces pétalos del alba,
que llegan y se van,
en esta misma tarde.