Dulce Olimpia.

poema de Erasmo

Ella nunca quiso que nos viésemos las caras.
Más bien, la nuestra es una relación estrictamente virtual,
vía whatsapp o chat; nada más que eso.

Un día le sugerí que tomásemos un café en mi casa. Ella se negó rotundamente.
Parece ayer cuando la conocí por Youtube. Estaba a punto de cerrar mi cuenta, me tenían harto con su estúpida censura y sus manioobras fraudulentas. Yo había apelado por una resolución injusta; había sido hackeado y no obtuve respuesta alguna. En busca se software pirata había llegado a algunos canales de mala muerte; y en mi ingeniudad no fui capaz de observar las malas señales.
Esa misma noche, hastiado, cansado, rabioso, estaba a punto de borrar para siempre mi cuenta de yt, pero recibí una notificación; ¿ya tuvieron esa sensación orgásmica que se produce cuando miras al costado de esa campanita un número cualquiera?, pero basta el número uno, para tener ese cosquillero y ese vendaval de dopamina que nos domina por completo.
"Hola Ricardo. Me encantan tus videos, y no eres feo... Me gustan mucho tus poemas, tiene un algo de García Lorca."
Unas cuantas letras que hicieron delirar a mis sentidos. Eran una especie de salvaguarda de mi propia vida. Siendo un escritor fracasado, pobre, soltero, y sin siquiera un gato al lado, este era quizá el único consuelo a mano, en el sentidod profundo de la palabra.
Contesté con miedo, debo confesarlo, ¿quién podría ser ella?, sabía que era mujer porque stalkié su canal y ella misma se mostraba; siendo totalmente opuesta a mí, es decir, segura, extravertida y sin timidez alguna. Además era culta y hermosa, LA MUJER DE MI VIDA.
Una vez subí un video a yt; ella comentó "¡Qué bonito!, sigue así". Pero no le respondí porque pensaba eliminarlo y resubirlo, pero esta vez más producido y "currado" como dicen los españoles. Volví a subir el mismo video pero con modifiaciones a las tres horas.
Pensé que ella, Olimpia, escribiría otro comentario; y lo hizo. Lo que me causó mucha curiosidad y bastante inquietud es que ela comentó de nuevo: "¡Qué bonito!, sigue así".
No sé si en mis delirios de poeta atormentado, o simplemente conspiranoico, tuve una especie de intuición aterradora. ¿Sería una escena de Blade Runner?, es decir, ¿podría ser que Olimpia fuese un ente creado por IA?; y fui más lejos aún en mis dilaciones, y pensé en que nosotros, los humanos, mirados desde lejos, somos un conjunto de programaciones, tics, y palabras repetitivas, una y otra vez. Que nuestros hábitos también parecen ser parte de un gran software misterioso que nos impulsa a tomar "decisiones" de las cuales no somos parte más que en el aspecto físico de las acciones.
Si Olimpia fuese un robot de IA, ella me vería con los mismos ojos y las mismas consideraciones y pensamientos con los que yo la veo y expuse aquí.
Es decir; seríamos al fin y all cabo, un mismo reflejo.