Tibni

¡Viva nuestro rey! ¡Viva el rey! ¡Viva Omri, primicia de Israel, el Israel escogido! Omri, varón esforzado, valiente, audaz, aclamado, renuente, contumaz. Omri, predestinado, prefulgente, predicho, posrevolucionario, poscorriente, posdesdicho. Jehová guarde la vida del general Omri, conquistador de Tirsa, opresor de Gibetón, predecesor de Josías, luchador del corazón, general del ejército de la paz.

Alegría, gozo y éxtasis se proclama, porque lo que no se declara es que aún hace falta limpiar el palacio de la casa real, barrer el polvo de Baasa, la dinastía pasada. Canten con voz de júbilo las baladas del heroísmo de aquel que no fue sometido, porque mi voz fue sometida hasta poetismo que no será leído. Profeticen victoria a Omri por mí, porque mi boca no alcanza a pronunciar las palabras que le arrebata la obra de las masas, que la dejan seca, árida, como arena en la lengua, con ganas de degustar los labios de quien ya no me habla, quien ya no hace tregua. ¡Dicen! Por los callejones se susurra. Dicen, que la sangre del trono no es el sudor de Omri, sino la carne que murmulla de lo poco que el pudor de Omri no declama.

¡Han matado a Tibni! ¡El pobre Tibni! ¡Lo mataron tachándole de Zimri, déspota suicida! ¿¡Dónde están a quienes di mis sinceras muestras de mieditis?! ¡Tibni! Aquel varón admirado por su inteligencia y su belleza, que por cuatro años luchó para hacer de Israel un lugar mejor, temido por sus enemigos, pero le han podido más que él y lo han aplastado contra la pared del olvido, anotado en los renglones del párrafo más chiqui posible. ¡Tibni! Posible albergue de millones de esperanzas, consumidas por el fuego de los ojos de Omri, servidas como olor grato de obediencia tras victoria corrompida. ¡Tibni! Que las masas se han complacido con el deterioro súbito de su honra, con tal de que Omri sea bendito con el notorio público que da gloria.

¿Y a qué dan gloria? ¿A una figura de poder o a una persona? ¿Al libertador terrenal o a Omri? ¿Qué más da? Tibni yace muerto en vida, en la vida de mi memoria, porque no olvido que Omri no se ató a Jehová, sino a la derrota del filisteo para tomar la corona; en cambio, Tibni se plantó como un edificio en sus valores y jamás abandonó a Tirsa, ciudad que luchó por el potencial que tenía. Y aquí, sin ese apoyo moral, Omri no ve mas que tirar la púrpura y tejerla nuevamente adonde no vea más a Tibni, recuerdo doloroso de la vida. He aquí, inclínense ante el majestuoso Omri. ¡Viva! ¡Viva el rey! ¡Primicia de Efraín, todavía hermano de Benjamín!

Comentarios & Opiniones

Artífice de Sueños MARS

Interesante adentrarse en pormenores de la historia. Naturalmente ese fue un tiempo de guerras, usurpadores y tomas de poder a espada, que ha manchado las biografías. Para liberarse, salirse del ruedo y ya está: o cargar con la historia incluyendo

Critica: 
Artífice de Sueños MARS

lo del acontecer actual de violencia. Menudo lío.
Saludo cordial y hasta nueva obra.

Critica: 
Novelista Rosa

Artífice de Sueños MARS, adentrarse en la historia que solemos dejar de lado nos nutre y moldea nuestra perspectiva. Perfecto material para una poesía. Saludos cordiales.

Critica: