La nada

Mi cuerpo enterrado en las cenizas de mis sueños, ahogado en un mar de impaciencia. En las manos, la fruta prohibidad. Duele tanto el pecho si no estás conmigo.

Y vivir un segundo más de vida, a los cuatro vientos gritar con la intensión de que me escuches, y tus labios, volver a besar.

Aquí, en la nada, soy el único que habita. No hay agua y tengo sed. No hay tiempo, y no sé que hora es.

Aquí, donde no existe más que naturaleza muerta, podrida. Aquí, donde el futuro no existe, y el pasado se hace presente.

Aquí, donde hasta el sol dejó de brillar de desilución, y la luna, de llanto murió.

No hay nada, y eso no me importa.
No estás tú, y eso me preocupa.

A.D.XI

Comentarios & Opiniones

María del Rocío

Muy bueno. Adelante un gustó de lectura. Saludos

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