POEMA UNO

COMEDIA HUMANA

Accidentalmente aprendí a enamorarme de tus sonrisas,
accidentalmente aprendí a reír, a saltar, a bailar,
a deleitarme con tu manera de ser, a llorar de alegría, a disfrutarte con atrevimiento.

Accidentalmente empecé a dedicarte el tiempo que sea necesario para que tú seas feliz,
a cuidarte con esmero y comprendí que el amor es responsabilidad.
Aprendí que amarte es más que un sentimiento, es un compromiso.

Aprendí a dejar de lado los miedos, a abrirme al amor,
a sentir las cosas más lindas que un hombre puede sentir por una mujer.

Aprendí a quererte de la manera más responsable, más tierna,
a seducir a tu cuerpo, a encadenarme a tus antojos.
Aprendí a ser feliz acariciando tu piel y hacerlo con suavidad infinita.

Accidentalmente también comprendí que,
amar es un privilegio que pocos llegan a comprender.
El amor alimenta el alma y atrae bendiciones a tu vida.

Accidentalmente aprendí a tenerte cerca, a soñar los más bellos sueños,
aprendí que el amor es un viaje lleno de sorpresas,
y lo más trascendente de todo,
comprendí el significado de la palabra: "amor".

Sin darme cuenta, aprendí a disfrutar cada palmo de tu belleza indómita,
cada pedacito de tu naturaleza divina y al hacerlo,
ponerle toda la gracia infinita del universo.

Comprendí que amarte sin esperar nada a cambio es el camino soñado,
aprendí a alinearme con lo divino, lo demás me vino por añadidura.

Te puedo decir que me gustas mucho, demasiado,
me gusta todo lo que viene de tí...
Ver lo que tú ves, tocar lo que tú tocas y sentir lo que tú sientes.

También, aprendí mil sueños de sublime dulzura,
aprendí a buscar tus labios con imaginación,
y en cada una de mis caricias, a disfrutar de tu adorable inocencia.

Aprendí a sentir el roce de mis manos en contacto con tu piel,
esa magia y el encanto de tu hermosura,
y en algún lugar de esta vasta creación,
mi amor te busca hasta perder la razón.

Accidentalmente comprendí que amarte sin descanso ni tregua,
me lleva a enamorarme de tu alma, a enamorarme de tus sentimientos.
Aprendí que el amor habita en las palabras, en los gestos, en las actitudes.

Aprendí a familiarizarme con las cosas más lindas y exquisitas del mundo entero,
de tal manera que, al acariciarnos, sucumbir a tus embrujos y hechizos.

Entonces, podía inspirarme entre tus brazos,
para robarte esos besos tiernos, esos besos inmensos,
esos instantes maravillosos de fascinante locura.
Me di cuenta que todo lo impregnas con tu cariño, de tu fantasía.

Con el tiempo aprendí a descubrir en tus besos, un tesoro de emociones,
descubrí que el brillo de tus ojos me protege del frío y del dolor.

Pero, en esta comedia humana llamada vida,
el viaje incierto es una experiencia fascinante,
nadie se va sin derramar una lágrima o despertar una sonrisa.