CAPULÌ
CAPULÌ
Cuando me alimento de tu frenesí y de tu femineidad, mis sentimientos son un cálido refugio en donde puedo encontrar la paz.
Cuando me alimento de tu exquisitez, mis emociones actúan de otra manera,
es un baile que me hace bailar, un canto que me hace cantar,
un poema que se escribe a pulso, en cada instante del día.
Cuando me alimento de mis sueños, en aquellos en donde te encuentras tú,
tu amor hace de la adversidad un compañero leal,
hace de las vivencias cotidianas, experiencias valiosas.
Hace de las imágenes que transitan por mi mente, algo motivador y glorioso.
Tu amor es la fórmula perfecta de ternura y ensueño,
y mientras más me alimento de tu energía,
todo el tiempo y en toda circunstancia,
tu sonrisa me guía en la oscuridad.
Sin proponérmelo vives conmigo y te conviertes en lo más importante,
tornando en positivo todo lo negativo,
generando un abismo de grandeza y profundidad deslumbrante.
Llevo tu perfume y tu sabor,
porque estremeces mi alma desde el fondo del corazón.
Tu amor me hace bien, tu energía se convierte en un tornado de cosas lindas,
pero, cuando me alimento de tu exquisitez,
ni el universo entero con todos sus misterios pueden despertar tal fascinación.
Contigo los momentos difíciles se tornan agradables,
traen consigo emociones y sentimientos nobles
y puedo ser dichoso todo el tiempo.
Entonces, para refugiarme en el destino soñado,
tu sola presencia se torna en un faro de luz contra la infelicidad.
A veces no comprendemos las cosas lindas que nos rodea,
a veces no comprendemos lo afortunado que somos.
Por ejemplo, cuando pienso en ti, súbitamente me lleno de bienestar,
me lleno de alegría, de tranquilidad,
ello explica la obsesión que tengo de tenerte entre mis brazos.
Porque cuando pienso en ti, me alimento de tu fantasía y es cuando cada parte de mi ser se nutre de tu sensualidad.
Es cuando mi mano toma la tuya y mi corazón late con inusitada fuerza,
y nuestros labios se encuentran en un beso apasionado.
Qué seducción, tus senos laten con adorable inocencia y mis sentidos se apasionan, mi alma se siente viva,
y como en un sueño, la vida me parece un cuento de hadas.
Es cuando me alimento de emociones encendidas, de entusiasmo, de delirio...
Capulí, mi hermosa Capulí, ¡preñada estás de frenesí!