La danza de la bestia

Frente al telón, vistiendo mi mejor vestido, con el guión memorizado, me muevo tímidamente frente a los espectadores.
Mis piernas tiemblan y mi corazón está a punto de estallar.
Todos me miran, todos esperan mi
Gran actuación.
La música empieza a sonar y yo me muevo al ritmo de su frecuencia, al público le gusta mi danza.
Sonríen y desprenden su espalda del asiento para tener una mejor vista de mi cuerpo.
Su aprobación me alimenta, expande mi ego, y con ella la confianza.
Me muevo todavía mejor, suelto mi cabello y me quito los zapatos. Abandono el eje donde tengo que bailar y olvido la coreografía.
Doy una vuelta, doy dos vueltas, doy cinco vueltas y caigo al suelo. Mi piel, como tierra desértica,se craquea.
Desprendo la frente de la tarima y cruzo mirada con uno de los espectadores.
Empieza a llorar y el de a un lado a reír. Mientras tanto, otros gritan, me lanzan piedras y rosas.
Me lanzan besos y excremento. Me toman fotos.Se ponen rojos de coraje, se orinan de la risa.
Quedo aplastada bajo todo lo que me tiraron.
A mi lado, una de las fotografías. Una bestia de mil cabezas con hilos en los brazos y cuerdas en los pies.