A besos de amapola: La recaída.
Aterido, inmerso en gélida niebla,
Claudica un vaho por suspiro,
Su vehemencia es aquello
Que hace sentirme vivo.
Viviendo muy tranquilo al ojo de nuestro huracán,
El corazón huele a podrido.
Sin darme cuenta si he muerto
O solo estoy dormido.
...
Y exhumo cuando no hay sol,
El corazón que enterró.
Y lo encuentro con el aguijón
Con el que mataste este amor.
...
A cucharadas quemando en fuego la hiel
De nuestro amor que está maldito,
O me preguntó si tal vez
Lo nuestro está prohibido.
...
Y exhumo cuando no hay sol,
El corazón que enterró
Y lo encuentro con el aguijón
Con el que mataste este amor.
...
¡Fingir!
Que en cruento tu mano no me estoca
Y al paraíso volver esa lid,
Lo insulso en miel que yace en tu boca,
Y endeble es que me toca surcar
En su sublime miel de amapola
Y el infierno volver a pisar.
...
...
Te busco en lo sombrío
Dedicándote lo que escribo
Y así poderte amar.
Y en el papel en que escribo
En cruento colorido
Mi firma ésta será.
...
...
¡Reconquistarte!
Hoy vuelvo a ser tu arpón sin inmutarme
Y en mil colores todo lo conviertas
Y la anestesia de tu alma en mi psique la viertas.
Y sin el temor a despertarme
Rumiando por la resaca amorosa,
Para transportarme
Con ese último aliento al más allá.