Malos Hábitos

Te volviste una costumbre.
Un mal hábito que no tiene solución.
Eres este reflejo en mi mano
de cuando tomaba tu mano
y después la soltaba
solo para tomarla de nuevo,
solo por sentir como de a poco se entrecruzan.

Tengo esa mala manía
de despertarme a media noche
pensando tu nombre,
despues voltear a la ventana
para buscar la luna
que en su brillo me dice que también la miras.

Dejaste muchos malos hábitos.

No disfruto los días sin tus besos
ni me alegro con las cosas simples.

Aveces,
mientras leo los libros que leías
te siento cerca.
Pero no es más que un espejismo.
No es más que esa mala costumbre mía
de traerte siempre en el pensamiento,
replicando, sesgando, uno a uno
los detalles de tu rostro,
como queriendo dibujarte en el entorno,
como queriendo ponerte frente a mis ojos,
de donde no debí quitarte núnca.